lunes, 28 de enero de 2008

Maratón, Fermi y los Propósitos de Año Nuevo...

Muy buen día tengan vuesas mercedes...

Después de tener que salir a soportar fríos casi nórdicos (y todavía por una temporada, bbrrrr!), vengo acá para desearles muchos parabienes para este nuevo año que inicia. ¿Cómo van esos propósitos de “Anno Nuovo”? Quizás igual que algunos de los míos, ya hayan durado lo que tenían que durar: es decir, la primera semana de Enero, jejeje.

Creo que nos pasa algo muy común: cuando vemos la magnitud de lo que debemos emprender, nos intimidamos y (a veces casi instintivamente) abandonamos el propósito, o la meta a la que aspirábamos con tanto entusiasmo. (Como un ejercicio de ejemplificación, digamos: cuántos de ustedes habrán querido abordar a la chica de sus sueños para darse a la fuga en cuanto el asunto se torna complicado? ).

Lo que ocurre es que nos dejamos avasallar por lo que parece complejo, siendo que se puede pensar estratégicamente (a largo o mediano plazo), y NO tácticamente (a corto plazo, urgentemente) para resolverlo. En este caso, HAY QUE DIVIDIR EL PROBLEMA EN PARTES. Era lo que aconsejaba el Maestro Enrico Fermi (físico italiano, premio Nobel en 1938): dividir un problema en pequeñas partes solucionables a priori (o sea, con aproximaciones estimativas), para después resolver el todo. Y esto funciona a todos niveles.

Por ejemplo...

...En el año 490 a. de C. Atenas estaba invadida por el fatalismo: los persas habían desembarcado casi 40 km al Norte en las planicies costeras cerca de un sitio que llamaban Maratón. 8 años antes. Atenas había apoyado una rebelión de las ciudades griegas de Asia Menor contra el rey Darío. A pesar de haberse retirado al ver la causa perdida, habían participado en la destrucción de la ciudad de Sardes, y los 80,000 hombres (en promedio) del ejército persa, entre infantería, caballería y arqueros llegaban ahora para vengar esa afrenta, contra más o menos 10,000 hombres de infantería, eso sí, de los mejores de la época.

Se había enviado un mensajero a Esparta (que incluso se dice pudo ser el mismo que luego enviarían a informar del resultado de las acciones a Atenas, un tal “Filípides”) para pedir refuerzos, pero... ¿qué creen? NO podían enviar tropas porque estaba prohibido en sus ritos lunares: lo harían al terminar estas, en una semana aproximadamente... quizás ya demasiado tarde. ADEMAS... había un grupo de simpatizantes de los persas (la gran mayoría, entre los más ricos) en la mismísima Atenas (para que vean que no nada más en México pasan estas cosas). ¿CÓMO SALIR DEL PROBLEMA? Con razón estaban (como muchos de nosotros) descorazonados y pesimistas.

Uno de sus generales más influyentes, Milcíades, conocía a los persas y aconsejó marchar con TODO el ejército ateniense a un estrecho paso en Maratón. Cuando llegaron, vieron que los persas eran un número enorme. Durante varios días nadie se movió, y los atenienses tenían la esperanza de que llegaran a tiempo los espartanos. Sin embargo, antes del amanecer del 12 de septiembre (otros autores alegan que fue el 12 de agosto) se enteraron que los persas habían partido por mar hacia la bahía de Falera (Phalerum) a las afueras de Atenas, dejando solamente como 15,000 persas como contención en Maratón. Aunque el desánimo cundió entre ellos, Milcíades les dijo que ESE era el momento de atacar: CUANDO EL ENEMIGO ESTABA DIVIDIDO. Los atenienses, mejores en la infantería, podrían ganar esta batalla, mientras que el viaje por la costa les llevaría a los persas cerca de 12 horas, tiempo suficiente para REGRESAR CORRIENDO a Atenas.

A las 6 de la mañana, comenzaron el ataque. Para las 9, ya habían derrotado al enemigo, perdiendo muy pocos hombres. Y acto seguido, CORRIERON DE REGRESO hasta Atenas, donde los más rápidos llegaron alrededor de las 1600H, 4 de la tarde, a un punto desde donde dominaban la bahía de Falera. (Hombre, no los critiquen: recuerden que tenían que cargar con una pesada armadura y armas con 20-30 kg de peso!!! No por nada se murió Filípides, de agotamiento). Minutos después, los alcanzaron los demás. Poco después, llegó la flota persa, la cual, al ver lo impensable (multitud de soldados atenienses, llenos de lodo y sangre, en formación cerrada para hacer frente al posible desembarco), dedujeron que habían perdido Maratón, y después de varias horas, se dirigieron mar adentro, rumbo a su hogar. Atenas (y el mundo que conocemos hasta ahora) se había salvado por un pelito!!

(Aclaración Histórica:
Filípides, o mejor Fidípides (Φειδιππίδης), es, según la leyenda, el soldado ateniense que en 490 a. de C. recorrió la célebre distancia que separa la llanura de Maratón de la ciudad de Atenas (aproximadamente 42190 metros) para anunciar que contra todo pronóstico, el ejército ateniense había vencido al invasor persa en la batalla de Maratón. A su llegada a la ciudad, supuestamente, gritó "Νενικήκαμεν!" (¡Vencimos, vencimos!) y murió exhausto. Esta leyenda inspiró la actual prueba olímpica del maratón.
Según los historiadores, sólo es una leyenda, ya que los contemporáneos de los hechos no hacen referencia a esta hazaña. La primera referencia a este hecho es quinientos años posterior a los acontecimientos, por el célebre Plutarco (46-127 dC), quien nos dice que el corredor se llama "Tersipo" o "Eucles". Doscientos años más tarde, Luciano de Samosata, le nombra como "Fidípides", el que la tradición convertiría en "Filípides". No obstante, de ser cierta la leyenda, es más probable que para correr desde Maratón hasta Atenas, nuestro héroe utilizara el camino del norte, de 32 kilómetros, antes que el camino del sur de 40,8 kilómetros... aunque quién sabe, con la emoción (o tal vez quería que en el futuro los "maratonistas" sintieran tan feo como él? Nunca lo sabremos, jejeje).



Pero en realidad Fidípides muere tras correr "La Maratón" 3 veces seguidas. La primera iría (según las consejas) hacia Atenas para pedir refuerzos. La segunda regresaría al campo de batalla con el mensaje de que las tropas irían en cuanto estuvieran listas. Y la tercera y última, cuando al llegar a Maratón y ver que la batalla se ha ganado, vuelve a notificar la victoria. Y es cuando finalmente muere.]


En pocas palabras: traten sus retos dividiéndolos por partes, y ocupando el centro del problema o propósito, un sitio desde donde no pierdan la vista del todo. Ataquen las partes más pequeñas (o menos difíciles) primero, SIN TITUBEOS. Y continúen así, paso a paso, parte por parte, objetivo tras objetivo, hasta terminar con la meta final: la totalidad de la tarea o proyecto... o “propósito de Año Nuevo”. Eso es estrategia. Ver más allá del momento siguiente. Y ha servido no sólo a los atenienses en Maratón, sino a Napoleón, a Aníbal, a Julio César, a Enrico Fermi, a Edison, a Miguel Angel. De manera que, ¿por qué no habría de servirnos a nosotros, por muy “humilde” que sea nuestro propósito?

Entonces, esperando que tengan muchos “buenos propósitos” para este año, y (lo más importante) que lleven la mayor parte de ellos a buen fin, se despide por el momento, esperando no haberlos aburrido,

el estratégico Caballito con Cuerno.

lunes, 14 de enero de 2008

El "Eterno Retorno"

Cuando uno arranca "simbólicamente" con un "nuevo" comienzo, aunque sea del todo arbitrario, acostumbra realizar una lista de "propósitos" para ese nuevo principio, llámese nuevo Año, nuevo sexenio, nuevo gobierno o simplemente nuevo relajo.

Pero cuando se regresa cansado, después de andar (y desandar) por lejanas tierras, puede que se sienta la soledad y el desencanto de ser recibido como extraño en el propio hogar... aunque la mascota de la casa brinque, corra y baile de contento, con su cargamento, para la ciudad, aayyy, para la ciudad... (¿no les sonó como a una canción?)

Y recordando a Argos, el perro de Ulises, [que nomás le meneó la cola... (¡la suya, no la de Ulises!) cuando lo reconoció, antes de morir], les ofrezco un poema que siempre me ha gustado y que refleja lo que pasa por la cabeza (y el Cuerno, but of course!) del fugaz Unicornio:

ÍTACA


Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimientos.

A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.

A Lestrigones y a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuando puedas invierte en voluptuosos
y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto
y con avidez aprende de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas.

- Constantin Kavafis (1863-1933) -

Por ello, creo que me quedaré un buen tiempo en la llamada Muy Noble y Muy Leal Ciudad de México. En realidad, la gente es tan cálida como en pocos lugares sobre la Tierra... y esto dicho con conocimiento de causa, sin asomo alguno de chauvinismo forzado.

Además, TODO el Mundo está emocionadísimo con sus "Nuevos" Propósitos de Año Nuevo. Pero desgraciadamente algunos me piden consejo acerca de "y, ¿cómo logramos cumplirlos en su mayoría?" (Es decir, que al calor de los abrazos de Año Nuevo, uno hace "promesas" que después no sabe cómo cumplir). Y supongo que sería interesante compartir las ocurrencias de amigos, colegas y compañeros para "tratar de consumar" al menos algunos propósitos de Año Nuevo.

Pero no, no podría avergonzarlos acá, frente a tantos lectores (nótese que el Unicornio es siempre sumamente optimista, jajaja). Por ejemplo, alguno de ellos me confió, pasados ya los vapores etílicos que emanaban de su triste figura: "¿cómo le hago ahora para dejar a mi secretaria, después de convencerla de no casarse por mí?" Patético, en verdad. Pero también algo irónicamente divertido (y es que no conocía el "propósito" de la linda secretaria para el 2008... pero esa es oootra historia).

De manera que, pensando en esto, recordaba la disciplina del Bushido, acerca de algo que caracteriza a los buenos seres humanos: el hecho de ser tan desesperados, de pensar TÁCTICAMENTE, a corto plazo, y no ESTRATÉGICAMENTE, a largo plazo. Y esto también incluye los tan mencionados "propósitos de año nuevo"... que duran sólo la "quincena nueva".

De manera que tendré que publicar las famosas Máximas Unicornianas sobre Cómo Tener Paciencia y Perseverancia para Cumplir Propósitos de Año Nuevo, S.A. de R.L... y Sobrevivir a la Tarea.

Y nos vemos con la primera lección, en la siguiente entrega.

Un saludo a todos, de parte del

Retornado Unicornio.

martes, 1 de enero de 2008

Un Nuevo Principio




A todos aquellos que por su gentileza o curiosidad,
visitan este escondido lugar del ciberespacio,
con toda sinceridad, gratitud y simpatía,
hago votos porque en este simbólico (y arbitrario, como lo son Las Cosas de los Hombres) "Principio" de Año,
podamos conocer más de los demás,
más de nosotros mismos,
y mucho más de nuestros propios y personales sueños,
propósitos y objetivos,
para llevarlos a buen fin.

Que Sigamos Aprendiendo a Ser Felices, son los mejores deseos del

Singular Unicornio...

P.D. Nos vemos (leemos) muy pronto...