domingo, 15 de junio de 2008

Por Todos Nuestros Padres... Historias Olímpicas IV: Amor (Filial)

Historias Olímpicas IV: Amor (Filial) (William y Frank Havens, USA)

Hola a todos...Esta vez, les ofrezco la "crónica de una historia ya contada", pero mejorada y que viene como anillo al dedo para este día del padre. Felicidades a los papás de To2!!!

Ustedes disculparán, amables lectores. Debido a las responsabilidades de mi puesto (catar tequilas añejos, repartir "domingos", colocar láseres, entrenar pa'l maratón, quemar el desayuno y asuntos parecidos) no había podido cumplir con el cometido de todo Unicornio que se respete. Pero ahora puedo hacerlo, y sin más preámbulo, pongo a su consideración una Historia/Reflexión/Confidencia más, esperando que no los aburra con tanto relato "histórico-olímpico":

Esta es una de las historias que más me han gustado y emocionado. Dadas las circunstancias personales en que me ha tocado vivir, supongo que me identifico con el personaje, porque mi Padre hizo mucho por nosotros, a pesar de sus limitaciones, tragedias personales y su cansancio final. Cuando ya pude haberle retribuido con creces sus sacrificios y su bondad ilimitados... era demasiado tarde. Su mismo espíritu de sacrificio lo llevó a intervenir en un accidente (hasta la fecha, dudoso) y las complicaciones se lo llevaron, antes de que yo pudiese haber hecho algo más por él. Me hubiese gustado, no saben cuánto, haber hecho algo parecido a lo que hizo Frank Havens.

Fotografía de Frank Havens. Campeón. Olímpico. Atleta. Hijo.

Este muchacho estaba destinado a ser un gran atleta olímpico, desde el día en que nació. Havens compitió en cuatro Juegos Olímpicos: 1948 en Londres, Inglaterra; 1952 en Helsinki (Finlandia), 1956 en Melbourne (Australia) y 1960 en Roma, Italia. Él era el candidato principal para ser el abanderado de Estados Unidos en las ceremonias de inaguración olímpica en Roma, pero el honor le fue otorgado al decatleta Rafer Johnson en el último momento.

En su primera participación en unos juegos olímpicos, en 1948, terminó en segundo lugar, detrás del checoslovaco Frantisek Capek por ¡apenas 35.4 segundos, y en una canoa que le prestaron los checos! Pero en la siguiente cita olímpica, estableció un récord mundial en una canoa que él y su hermano Bill tuvieron que importar de Suecia (por la "módica" cantidad de US$160), ganando la agotadora prueba de 10,000 metros en la carrera de canotaje de "singles canadienses" (una prueba ahora descontinuada debido al enorme gasto físico que representaba. ¿No les digo? Qué, ¿cada vez somos menos resistentes?), dejando la plata a Gabor Novak, de Hungría y el bronce a Alfred Jindra, de Checoslovaquia (¡Saludos a aquellos grandes atletas del pasado!).

Sin embargo, sus triunfos y su enorme ejemplo de perseverancia y compromiso NO FUERON su momento de Mayor Gloria. A pesar de los reconocimientos y los éxitos deportivos, el instante que lo inmortalizó fue producto de una hermosa Historia de Amor... y la conmovedora relación con su Padre, el también campeón, pero "Sin Corona", Mr. William Havens (¡Déjenme ponerme de Pie!).

Permítanme contarles entonces (si la emoción no me gana), la "Historia de William y Frank Havens". ¿Me acompañan por favor, querid@s amig@s?

Bien, usemos la imaginación. Ahora estamos en 1924. Y los Juegos Olímpicos van a ser en la "Ciudad Luz" ¡París!... y los Estados Unidos de Norteamérica confían en una segura medalla de oro, gracias a su campeón en canotaje, un atleta especialista en el evento de "singles" Canadienses.
Pero unos meses antes de que el equipo viaje hacia la Ciudad Luz, William Havens (el atleta en cuestión), que tenía poco de haberse casado, supo que iba a tener un hijo, cuyo nacimiento se esperaba para cuando él ¡estuviera en los juegos olímpicos! (caramba, un punto a favor de planificar la familia).

(Aquí, se hace obligatoria una reflexión. Estamos en 1924. NO hay vuelos trasatlánticos, NI el Concorde (bueno, ya tampoco vuela), ni nada por el estilo. El viaje América-Europa-América se hace por barco. Y estos tardan más que automóvil en Periférico bloqueado por grupos de protesta de partidos políticos inútiles. Ya hecha la aclaración, sigamos imaginando).

Después de mucho pensarlo, Bill Havens tomó su decisión. CEDERÍA SU LUGAR en el equipo olímpico y permanecería con su esposa (que estaba un poco delicada) hasta que el nene (del náhuatl, "nenetl" = muñeco(a), y no el vocablo "bebé", de... ¡¿baby?!) hubiera nacido. Sus amigos, compañeros de equipo y familiares insistieron en que fuera a París. Incluso su propia esposa le suplicó que lo reconsiderara, que ella estaría en las mejores manos y que no le pasaría nada... pero nuevamente William se rehusó. Decidió que era más importante su hijo, que la certeza de un Campeonato Olímpico, quizás uno de los sueños de su vida.

El equipo olímpico partió sin él. Su hijo Frank nació el 1o. de Agosto de ese año, CUATRO DÍAS después de los juegos, mientras que el equipo estadunidense viajaba de regreso.

De este modo, durante muchos años (¡TODOS!) nuestro gallardo personaje tuvo la duda de si había hecho bien en no asistir a la cita con su destino olímpico, pero resignado, gozaba de la vida con su familia... y quizás soñaba con lo que pudo ser...

Pero, al fin, un soleado verano de 1952, sus espíritu se tranquilizó y pudo descansar de las dudas que le atormentaban, cuando recibió un telegrama desde Helsinki, escenario de los Juegos Olímpicos del '52, donde le informaban que le entregarían una medalla de oro, 28 años más tarde.

¡¿Cómo?!, (se preguntarán ustedes), ¿así nomás? Leamos juntos el texto original del comunicado:



"Dear Dad... Thanks for waiting around for me to get born in 1924. I'm coming home with the gold medal you should have won".


El mensaje iba firmado...:
"Your loving son, Frank".

Amorosamente, Frank Havens, de 28 años de edad, en una de las carreras más agotadoras y emocionantes de los Juegos Olímpicos..., ¡¡acababa de ganar la medalla de oro en la misma competencia de "singles Canadienses"!!, para él... y para su padre.

(Debo de ser la mar de sentimental cuando me gustan estas historias... y cuando siento que ya no pude hacer algo así con mi querido Padre, E.A.B. (Jul./192?-Oct./1977+). Permítanme un momento... ).

...Y ya recuperado de la emoción, puedo contarles el epílogo.

Nuestro (ya no tan joven) héroe, en honor a su herencia familiar, no se "durmió en sus laureles": En los "Master Games" efectuados en Toronto, Frank, a la edad de 61 años, obtuvo siete medallas de oro en siete carreras de canotaje. Seguía practicando ese noble deporte y SIGUE SIENDO EL ÚNICO representante norteamericano que haya ganado una medalla de oro olímpica en el evento de "singles" en canotaje.

Y por el momento, creo que no le sigo más, so pena de tener que ir a comprar unos pañuelos desechables. ¡¡¡Debe haber muchísimo calor, porque me empezaron a sudar exageradamente los ojos!!!

Se despide entonces, con un abrazo a todos ustedes por acompañarme en este pequeño viaje en el tiempo dedicado a mi (y a sus) Padre(s),

Emocionadam... digo, Atentamente:

El sentimental Unicornio. (Y nos vemos o leemos en la siguiente, si es que ustedes gustan. Un abrazo y hasta pronto).

(P.D. algo personal: ¿Sabrás lo mucho que te extraño, papá? Te mando un beso, dondequiera que estés... ¡Saludos al Vuelo, Don Efrén Alatorre Becerril!).

martes, 3 de junio de 2008

Nada es Verdad, Nada es Mentira, pero... ¿¡de quién es el Cristal con que se Mira?!

Mentir: Dar por cierto (de manera deliberada) lo contrario de lo que se tiene por verdadero.

Mentira: expresión contraria a la verdad; (fig) vanidad, error, ilusión.

Durante estos últimos tiempos, el que este escribe ha estado en proyectos de ayuda (y de auto-ayuda, que es mejor). El problema es que, sistemáticamente, he visto que las personas involucradas comienzan bien, pero luego empiezan a defender posiciones de provecho personal, y al cuestionarles el por qué (recuérdese que el Unicornio es, generalmente, muy curioso y preguntón, además de "demasiado" directo... en ocasiones), comentan que no es así, que estamos viendo "lo negro" donde todo es "blanco", que vemos "moros con tranchetes" (ya saben, frase tradicional que equivale a "enemigos con cuchillas curvadas"... pero, ¿y si soy moro yo también?) y otras excusas por el estilo.

Y, evidentemente, en cuanto pasa el tiempo nos damos cuenta que mintieron. Y aquí se queda el Caballito con Cuerno, una vez más, solo y su alma. No nos asusta la soledad. Pero sí un poco la falta de respuestas. De modo que, aprovechando el tiempo antes del enfrentamiento que ya se ve venir, me pregunto (y les pregunto)...

¿¿Por qué mentimos??


OJO: los Unicornios NO juzgan. Sólo somos curiosos. Y si hallamos respuestas, mejor que mejor. De modo que les presento algunas de mis preguntas y casos de estudio para pasar un rato ameno de agradable (o incómoda) discusión.

1.- ¿Será por poner una coraza de protección? Eso me recuerda el conflicto Esparta-Atenas. Los primeros, poderosos por encerrarse en sí mismos. Los segundos, abiertos y flexibles. Al final, aunque la guerra de veintitantos años la "ganaron" los espartanos, la flexibilidad social y económica de los atenienses los invadió, rompiendo sin darse cuenta su gran fortaleza: el aislamiento guerrero de los espartanos. Y con esto, tiempo después, caerían los invencibles espartanos por vez primera contra los guerreros de Tebas. Jamás volverían a levantarse.



A la izquierda, ubicación de Atenas en el territorio griego. A la derecha, localización de Esparta, con fines de comparación.
Enmedio, vista del Templo de Zeus, nada más para presumir la composición de la fotografía, ustedes perdonarán.

2.- El famoso experimento de los niños con las marionetas del lobo y el cordero: según este célebre experimento, hasta cierta edad, los niños NO pueden mentir: Se presentaba ante un niño de entre 3 y 6 años (si mal no recuerdo) una marioneta representando un corderito.

Este le decía "Me persigue un lobo. Voy a esconderme por aquí, abajo de (por ejemplo) esa cajita, ¿sí?" Posteriormente, aparecía la marioneta del lobo y le preguntaba a la criaturita: "¡Hola amiguito(a)! Oye, ¿has visto por aquí a un corderito? ¿No sabes dónde está?" Y el niño, inocentemente, le respondía dónde se había ido el corderito.

PERO... Después de cierta edad (4-5 años, si no me equivoco) los niños SE DABAN CUENTA de que si decían la VERDAD, el "lobo" se llevaría como almuerzo al "cordero"... de modo que MENTÍAN (¿una falta "menor"?) para librar de la muerte (¿una falta "mayor"?) al corderito. Esto, ¿es un reflejo de nuestra vida social? Es decir, ¿es aceptable cierto grado de "desinformación" para sobrevivir en un medio?

[Aquí, tendría que solicitar la versada opinión de l@s lector@s con formación en psicología. Ya saben lo curiosos que son los Caballitos con Cuerno. 'chás Gracias].

Ahora bien: a nivel de contendientes o de competencia social, supongo que así tenemos que ser ¿o no? Los antiguos lo llamaban "estrategia" (en honor a los generales griegos, o "strategós"). Maquiavelo, Fouché, Sun-Tzu, lo consideraban privilegio de líderes y príncipes (en el sentido de "privilegiados entre los hombres"). Por lo tanto, ¿es una excusa de sobrevivencia?

3.- Mentir se considera "engañar" en el sentido malsano. Pero hay "mentiras piadosas" que se consideran "socialmente benéficas", sobre todo con aquéllos que, según nosotros, queremos bien, o pra fines que son, EN PROMEDIO, más "benéficos" que otros. ¿Es cuestión de enfoques? Veamos otro ejemplo histórico:









A la izquierda, expansión del Imperio Asirio entre 824 y 671 a. de C.
A la derecha, grabado del ejército asirio.
Enmedio, espacio en blanco, en apoyo (but of course!) al NO calentamiento global (los colores claros reflejan la energía).
(OK, OK, me pasé de chistoso. Continuemos, por favor...)

Los asirios, que conformaban un pueblo humilde, originalmente ganadero y agricultor, se transformaron en un imperio en base a tres simples máximas: 1) La Obediencia a sus Mayores y a su Gran Sacerdote o Rey; 2) Saber montar y luchar, al mismo tiempo, a caballo; y 3) DECIR SIEMPRE LA VERDAD a los suyos.

Nótese por favor la 3ra. máxima. Por sí sola, esa costumbre generaba una Confianza absoluta, proverbial, entre un grupo social cerrado: el pueblo Asirio. Y como todos saben (y si no, ahora se enterarán) el más fuerte catalizador de una civilización es LA CONFIANZA. Con esto, conquistaron otros reinos a su alrededor, más poderosos, sí, pero también más corrompidos o más hedonistas... PERO, eso sí, ya SIN CONFIANZA en sus autoridades, en sus instituciones, en sus líderes... EN ELLOS MISMOS, a fin de cuentas...

... hasta que se contagiaron de estos "virus" sociales y, comenzaron con las intrigas y mentiras palaciegas; ustedes saben, tomaron ciertas costumbres de los pueblos conquistados, entre las cuales se encontraba la de "mentir gentilmente" a sus líderes y superiores, para mantener el "Status Quo". Comenzaron a "civilizarse" cada vez más en este sentido y finalmente, tiempo después, cayeron frente a otros pueblos, más unidos y fuertes... repitiendo este Ciclo sin Fin de las Civilizaciones (y de los Seres Humanos en general).

Luego entonces: ¿nada es verdad ni nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira? Y mi curiosidad sería: ¿Quién es el Dueño del "Cristal"? ¿Nosotros? ¿Nuestros prejuicios? ¿Nuestros intereses de grupo o personales? ¿O simplemente nuestros temores e inseguridades?

Lo que sí puedo decirles es que no nos sintamos tan culpables. En realidad, según la Teoría de la Información, cualquier elemento de conocimiento que nos aleje un poco del caos primigenio, o invirtiendo el signo de la Entropía generada (termodinámicamente hablando), contribuiría a construir, no a destruir. Y en tal caso, sea verdad o sea mentira, la información pertinente, vital, será aquella que nos ayude a construir, NO A DESTRUIR.

Y por el momento, los dejo pensando y no sigo más, porque este es uno de esos temas que le ponen "chinita" la piel (léase: "dar escalofríos") a casi cualquier persona. Y me adhiero a los "Motivos del Oidor" para no seguir por el momento (y a que tengo que volver a las actividades que les relataba al principio. Espero que salgan bien esta vez).

Después de todo, siendo ferozmente veraz, o con "mentiras piadosas", como diría una admirada (e inolvidable) amistad:
"Los Hombres hacen lo que DEBEN Hacer... porque DEBEN HACERLO. Todo lo demás, lo que le Sigue, Ya NO LES PERTENECE."

Y, a propósito: ustedes qué opinan. Nada más NO ME MIENTAN, ¿Eehhh?
¡OK, fue una broma...! Y me retiro por el momento, para consultar el Web Site de "El Sotano", una librería mexicana: me dicen mis colegas que ganamos la "trivia". (Mientras no sea uno de esos avisos falsos de "Acaba de ganar un Crucero Todo Pagado... nomás díganos su número de Tarjeta de Crédito y NIP para verificar y ¡Felicidades!" ¿No les ha tocado a ustedes este intento de fraude? ¡No vayan a caer en la trampa, por favor! Es más, mejor ni voy, capaz que nomás quieren atrapar al Unicornio para hacer amuletos con el Cuernito de todos tan querido, jajaja).

Con mis mejores deseos porque tengan un fructífero día, donde la Verdad ilumine sus corazones (porque la peor Mentira, eso sí, es la que se dice uno A SI MISMO... lo demás, es política, jejeje), se despide, alistándose para un jueguito de póker (para poner a prueba la teoría de este artículo, but of course!),

el tahúr Unicornio.

P.D. Cuídense mucho, y hasta la próxima "polémica", digo, ponencia, jejeje.