viernes, 4 de abril de 2008

Historias Olímpicas X: Sueños.



Historias Olímpicas X: ...Alcanzar los Sueños...

(Con dedicatoria alfabética a Cristina, Cuquita, Fire, Gaby, Mariluz, Sibyla, Viviana y a Miguel, por quien pude conocer a muchas de estas personas extraordinarias)...



Hace poco, estaba con varios amigos (que también lo son suyos) y conocidos (que no conocen ustedes) acerca de cómo nos iría en estas Olimpiadas. El escepticismo flotaba en el aire, y les dije que había que tener confianza, y había que ser audaces (la suerte persigue a los audaces). Después de tanto escándalo, incluyendo el "affair Hugo", como que no hay lugar para los Sueños, me decían.

Pensé que el esceptisismo, así como el optimismo, se puede regalar. Y que a veces es tan valioso regalar un poco de buena fe, de optimismo, que no lo valoramos lo suficiente, hasta que nos hace falta un poco de ese espíritu, cuando más "apachurrados" estamos. Recordé a todas las personas que he tenido el honor, no, el privilegio de conocer, aunque sólo sea a través de sus escritos, y curiosamente, me di cuenta que la mayor parte eran mujeres. Inteligentes, curiosas, sensibles, apasionadas, con sentido del humor, pero también (una Homérica y heroica combinación) con sentido de la responsabilidad. Algunas, luchando solas y saliendo adelante a pesar de todo. Y otras... aún más solas, porque han decidido ser ellas mismas, y no cambiar lo que son por una compañía de trámite o un estatus falso y engañoso. Pensando en esto, recordé una no tan conocida leyenda que me emocionó y me hizo admirar a aquellas mujeres que desafían todos los problemas por alcanzar sus Sueños:

¿Recuerdan a Jesse Owens? Pues en las mismas Olimpiadas de Berlín, 1936, una jovencita de 18 años, de nacionalidad holandesa (que había conseguido el 5° lugar en salto de altura y el 5° también en la carrera de relevos) le pidió su autógrafo como otra más de sus admiradoras, y pensó "Qué hermoso sueño sería llegar a ganar 4 medallas de oro también... ¿cuatro? ¡Con una sola estaría satisfecha!"

... Sin embargo, Francina Elsje Koen (26/Abril/1918 - 25/Enero/2004), conocida por su nombre de casada de Fanny Blankers-Koen tendría que esperar hasta las Olimpiadas de Londres, en 1948, para intentar alcanzar ese Sueño. Sólo que, con 30 años de edad y multitud de críticas de parte de la prensa y de sus ¡propias compatriotas, y además mujeres!, el asunto no se veía tan fácil.


Ocurría que, habiéndose casado con su entrenador, y teniendo dos hijas pequeñas, los comentarios eran del tipo de "¿Cómo se atreve una señora de 30 años y con dos hijas a andar por ahí, haciendo desfiguros en pantaloncillos cortos?" "¡Esta señora ya está muy vieja para estar haciendo el ridículo así!" "¡Lo que quiere lograr es una locura! ¿Estará mal de la cabeza?" Sin embargo, esto la enfureció, y si tenía dudas, estas se disiparon transformándose en coraje y determinación.

Al comenzar las competencias en Londres, Fanny consiguió de entrada el Oro en la carrera de 100 metros, para posteriormente competir y ganar también la carrera de 80 metros con vallas (obstáculos). Estaba exhausta y después de estos triunfos, quería ir de regreso a su casa. Pero su esposo, Jan Blankers, se opuso terminantemente. "Estas oportunidades se presentan sólo una vez en la vida. Y si estás preparada para enfrentarlas, DEBES hacerlo". Con estas palabras, se convenció Fanny que debía quedarse e intentar algo inusitado: igualar a su ídolo Jesse Owens, ganando otras dos medallas de Oro. ... y efectivamente, Fanny Blankers-Koen se esforzó tremendamente para poder obtener el triunfo en los 200 metros planos, y finalmente para participar en la carrera de los 400 metros con relevos, donde las holandesas no eran las favoritas.

Al arrancar, las australianas y las canadienses consiguen ponerse al frente, y durante los demás relevos, se turnan en la primera posición. A pesar de sus esfuerzos, las holandesas van en el tercer lugar. El último relevo es nuestra amiga Fanny, la cual, en una carrera desesperada, alcanza a las canadienses, y faltando sólo como 20 metros... ¡caramba, también alcanza a las australianas! ¡Holanda gana su cuarta medalla de Oro en atletismo en las Olimpiadas, y Fanny Blankers-Koen ha sido parte de todas ellas!...

...y como siempre, la derrota es "huérfana", pero el triunfo tiene muchos "padres": Al llegar a su patria, Fanny recibió un recibimiento apoteósico (incluyendo aquéllos y aquéllas que le atacaban y se mofaban de sus sueños, por supuesto. Supongo que se dirían "si yo siempre lo dije, esta señora tenía muchas posibilidades", o algo como "sabíamos que podría hacerlo, por eso la apoyamos desde el principio", etc.). No era para menos. Es la única mujer en lograr tal hazaña en unos Juegos Olímpicos.

Así que, ¿qué puedo decir? Sólo espero que valoremos en todo lo que vale (no solamente porque "valga Oro") el cotidiano triunfo de nuestras compañeras en la Vida. Soportan dolor, presiones (familiares, laborales, académicas, intelectuales, artísticas, culinarias, sociales y para acabarla, cibernáuticas). Tienen que vencer prejuicios y desesperanzas. Y el miedo a enfrentar "esos momentos" en la vida que nos pueden dar todo lo que hemos soñado... y lo peor, es que a veces lo hacen por los egoístas hombres (esto incluye novios, esposos y hasta hijos!), porque prefieren verlos felices que opacados (??!!) y por tanto, tristes. ¡De verdad que son heroínas, caramba!

(Anotación personal: este Caballo con Cuerno se incluye en los egoístas que le han hecho una que otra mala pasada a sus mamás. Desde aquí, Madre Mía, perdón por arruinarte aquélla reunión de Año Nuevo: solamente pensaba en nacer, y no pensé en que te arruinaría el "recalentado" del Primero de Enero. ¡Gracias por estar conmigo, y defenderme del canijo doctor que me daba de palmadas para ver si estaba vivo, jejeje!)

Disculpándoe por este exabrupto culpablemente familiar, y esperando que se cumplan los Sueños de la mayoría de las personas que me hacen el honor de visitar estos áridos y unicornianos lugares, sean Damas (¡Hip, hip, Hurra!) o Caballeros (que también existen: si existen los Unicornios, también los Caballeros... ¿o no?), me despido de ustedes, deseándoles un fructífero y luminoso Fin de Semana. Disfrútenlo, señores, en compañía de sus inigualables compañeras. Y ustedes, mujeres del mundo: gracias por existir y aguantarnos, cuando seguramente nadie más lo haría. Esperemos merecer vuestra invaluable compañía.

Un cálido (culpa del Calentamiento Global!!) y afectuosísimo abrazo, les envía, con todo cariño,


El (bastante) soñador Caballito con Cuerno.



P.D. Caramba, esta vez no supe qué decir. La moraleja de la historia, querid@s lectores, propónganla ustedes. ¡Hasta pronto!