Sabia (y comprometedora) pregunta de uno de mis pacientes, después de comentarle que ya estaba mejorando y que aparte le veía "como más feliz".
Y después, la estocada final, dada la cercanía del "Día del Niño" (y el "Día de las Madres") y mi ya muy avanzada edad (los Unicornios, recuérdese, viven varios cientos de años, caray!): "¡Creo que nunca se es más feliz que cuando se es niño!"
La pregunta es ¿estamos de acuerdo todos en esta última afirmación?
Una visualización de "la Felicidad en el Mundo", por Adrian White (Analytic Social Psychologist, University of Leicester). En la escala de colores que es casi intuitiva, el Verde implica "mayor felicidad", y en orden descendente, el azul, el morado (o púrpura), el anaranjado o color "naranja" y finalmente el Rojo, que significaría "menor felicidad". Nótese que los latinoamericanos (o hispanoamericanos) no se sentirán los más felices, pero tampoco se consideran los más tristes del planeta. ¿Cómo lo interpretan ustedes? Yo lo interpreto como que los osos polares y los renos son... ¡¡¡tremendamente felices!!! ¡Vámonos para la región Septentrional, Unicornios del Mundo!
En alguno de los múltiples seminarios a los cuales asistí (aparte también del Hábitat del Unicornio), se hablaba del enfoque "hacia la felicidad" de parte de niños y adultos. Una idea recurrente de los expositores se dirigía hacia el "tipo de felicidad" que buscaba un adulto en contraste con el de un niño. Esto nos hizo pensar.
Digámoslo de esta (abreviada) forma: En el caso de los adultos, la felicidad se asocia a menudo con la consecución de los objetivos, con la sensación de plenitud al alcanzar algún objetivo vital para el que lo sigue. En este caso, hablaríamos de la sensación de "recompensa" por un trabajo bien hecho, por una idea realizada, por un sueño alcanzado, por un aplauso y reconocimiento merecidos.
Pero la visión del niño es más inmediata, más "hedonista". Supone el disfrute más primigenio, más vital: el del placer por el placer mismo (si es que entendí bien). porque, en muchas ocasiones, el hecho de alcanzar un objetivo vital implica hacer sacrificios, privarse de momentos cálidos y placenteros... que caen justo dentro de esta otra "Felicidad".
Por lo tanto, estos dos conceptos de felicidad son independientes. Y tiene que ver también su concepción desde el punto de vista "Occidental" y "Oriental". En Occidente, la felicidad está orientada al logro de metas, a la idea de alcanzar la felicidad "en un futuro", próximo, cercano, depende de la situación y de la meta. Para Oriente, se busca más el concepto de "vivir el presente", "concentrarse en el momento inmediato", y por tanto, sentir la felicidad un poco de manera más infantil (que no confundamos con "pueril"). Es decir, sentir el gozo y el placer sin necesidad de una "meta" forzosa de por medio.
De hecho, la idea de "hedonismo" es la que se acerca a este último estado de "Felicidad". Recordemos que el hedonismo (como casi siempre, palabra proveniente del griego "hedoné" = "placer") identifica el bien con el placer. Y en Occidente, con nuestra tradición judeo-cristiana de siglos, pensamos más bien en el "eudemonismo", donde el placer acompaña al bien, pero NO LO CONSTITUYE POR SI MISMO.
Y en esto radica la gran diferencia. Que a veces no nos damos permiso de ser "simplemente felices". Sin pensar que lo merecemos. O que nos lo hemos "ganado" (?!). ¿Quién no ha añorado cómo nos "desconectábamos" del mundo por unos instantes (que luego resultaban ser horas!!) cuando recorríamos el bosque creyéndonos Príncipes luchando contra Dragones, o valientes Princesas resistiendo al villano del bosque (y quizás esperando al tal Príncipe, esto no lo sé, díganmelo ustedes, queridas lectoras), o intrépidos exploradores descubriendo a un monstruo desconocido (aunque sólo fuera un escarabajo de 2 centímetros de largo).
Y dicen los que saben de sicología, que la capacidad de "ensimismamiento" o "desconexión", sea a través del Bushido, del Zen, de la jardinería o de una aventura infantil, es algo que ayuda a disminuir el tan dañino estrés, nuestro actual compañero de todos los días.
Entonces, amigos, amigas, de acuerdo a la muy noble tarea de guía de los Caballitos con Cuerno, los conmino (iba a decir que "los exhorto", pero esa palabra la usa siempre el Papa para los gobiernos del mundo, y ya ven, nadie le hace caso, jejeje) a que, en un momento del día, volteen al cielo, y si no está nublado (y no le temen a los rayos UV-I y II, but of course!), traten de hallarle forma a las nubes, como hacíamos antaño. Quizás vean un carruaje tirado por gallardos corceles. O un barco pirata surcando el azul del cielo. O hasta algunos Unicornios cabalgando sobre ustedes, por supuesto... y quizás hasta yo los salude por ahí, nunca se sabe, jejeje. Un favor: ¡NO lo hagan mientras manejan un tráiler, o al cruzar la calle, o al dar un discurso: pueden chocar, accidentarse o ser confundidos con políticos madrugadores y marrulleros!
Distráiganse un poco cada día. Y ayúdenme a entender que uno puede ser feliz sin esperar a alcanzar algo para merecerlo. Yo lo sabía, se los aseguro. Pero en algún momento lo olvidé.
Esperando a que hoy podamos entender un poquito más eso de la Felicidad (y también esperando a que salga el paciente, para darle su "carnet" y que me cuente un chiste de esos que él sabe contar, jajaja), me despido por el momento, porque el día está despejado... ¡y hay nubes!
Con un afectuoso saludo, se despide,
el melancólico Unicornio.
P.D. Por cierto, ¿cómo pasaron el festejo del "Día de las Madres" (al menos, el que se celebra por acá)? Felicidades tardías a todas las lectoras (y lectores: también hay "papás solteros") que ejercen esta insigne tarea: la de ser "Mamás".
13 comentarios:
Querido Unicornio, cómo me gustó la charla sobre la felicidad.
Yo pienso que el secreto de ella, está en estar contento con las circunstancias que uno tenga, sabiendo sacar la parte positiva de todas las cosas.
Yo soy feliz al leer tus escritos.
Feliz semana!
Un abrazo:)
De acuerdo con Sibyla, buena charla y yo sólo le agregaría, busca ser feliz donde te encuentres, así sea en la cárcel, allí te toco.
Te recomiendo un libro que habla sobre la vida y cómo vivirla mejor, se llama "Martes con mi Viejo Profesor" de Mitch Albom, me gustan los conceptos de vida y felicidad que allí se manejan.
Saludos
Muy buen día, Sib:
Concuerdo contigo en que esa elusiva emoción que conocemos como "Felicidad" está (en principio) simplemente disfrutar de las cosas que nos hacen disfrutar de nuestro entorno y de nosotros mismos.
En mi campo es tan difícil encontrar el punto medio entre lo que "se siente" y lo que "se sabe", que casi siempre "camino en la cuerda floja". Me explico: por un lado, se que la "Felicidad" tiene que ver con procesos fisiológicos, con neurotransmisores y sustancias como la dopamina y la serotonina (cuya falta también tiene que ver con la depresión, algo así como la "antifelicidad", por ejemplo).
Y también considero que debido a procesos mentales instaurados desde épocas primigenias en nuestro sistema límbico, la felicidad puede ser algo "egoísta", debido a nuestro instinto de satisfacción urgente de nuestras necesidades.
Pero finalmente, también se que esta inquietante "emoción" también tiene que ver con la sensación de plenitud al saber que haz hecho feliz a alguien más, digamos.
Creo entonces (como todo lo que mueve a los últimos Unicornios) que hacer el bien, en contraparte al egoísmo que provoca el desviarse hacia el "Mal", es nuestra Guía a esa Luz en la Vida que debe ser la Felicidad.
Pero como podrán apreciar, es algo complicado navegar entre "mares" tan disímbolos... pero de que se puede, se puede. Ciencia, Mente y Sentimientos deben comandar en conjunto, la Nave del Espíritu.
Con todo cariño, como siempre,
el Navegante Unicornio.
P.D. Y me haz hecho muy feliz al visitarme. Hasta relinchó el Caballito con cuerno! Gracias.
Hola, Sergio, Bienvenido!!!
Ni hablar, buscaré ese libro. Por el momento estoy en la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de México. Veré si se puede conseguir por aquí.
En particular, soy muy feliz cuando cuento historias. Y si son de mis favoritas, mejor que mejor (ya te habrás dado cuenta con el contenido del blog, jejeje).
SAludos y nos vemos por acá, en el ciberespacio. Espero visitar tu sitio pronto.
Atentamente,
el narrativo Unicornio...
El mayor impedimento para la felicidad es la enfermedad o la muerte.
A un nivel "menos práctico", la felicidad dependería más de cada uno, de un cierto estado o disposición mental. Aunque quizás esa disposición pueda depender de un componente genético más que de nuestra propia voluntad.
Pero lo que realmente nos aleja de la felicidad es la concepción de nuestra limitación en el tiempo, en la vida y la limitación de los demás. El ser conscientes del tiempo pasado y del futuro. Esa idea de abismo ante lo que nos traerá la vida. Esas cosas buenas que nos traerá, por supuesto, o quizás no, pero con un final en cualquier caso que es el propio final.
Ese "ser y no saber nada y ser sin rumbo cierto..." que cantaba Rubén Darío.
ESa conciencia de que cada minuto de vida es pasado y te acerca a la muerte. Eso es lo que hace que la felicidad, para una persona realista, sea imposible en el término más absoluto de la palabra.
Y esa conciencia es justo el paso que marca el final de la niñez.
Así, que sí, sólo en la infancia se puede ser totalmente feliz.
Por eso conviene ser un poquito niño cada día.
Saludos, querido Unicornio.
Complejo el tema de la felicidad.
Fromm decía que la felicidad es un estado permanente en la vida, una actitud. Una elección. Concuerdo con él.
Por eso creo que tenemos momentos de "contento" cosas que nos emocionan y nos conectan. Pero si no eliges verlas, pasarán desapercibidas.
Ésto me remite al tema del optimismo y el pesimismo. Desde donde se elige ver la vida. Hacia dónde te llevan las percepciones que tienes del mundo y, por lo tanto, las conclusiones a las que llegas y los constructos que estableces.
Quien sabe. Pero estoy de acuerdo contigo. Creo que uno se debe volver niño de vez en cuando...y maravillarse con lo que el mundo ofrece.
Saluditos.
¡Hola, Cristina! ¿Cómo estás?
Como dices, para una persona realista, la felicidad ES imposible. Para una persona idealista, en contraparte, es imposible NO ser feliz, aun por breves momentos.
Supongo yo que es cuestión de actitud ante la vida. Es como cuando uno va y conoce algún sitio, por ejemplo, Italia.
Puede ser uno en demasía realista y pensar, APENAS al llegar: "espero que regresemos con bien, que no nos pase nada y estar en casita pronto, porque creo que no cerré bien las puertas y hay que pagar las tarjetas antes de la fecha máxima, y ¿si no nos alcanza para comer? ¡qué horror!..." etc., etc.
¡¿Y los paisajes de la Toscana que tengo enfrente?! ¿Y los monumentos romanos, el "Colosseo", las Piazzas di Spagna e Navona? ¿No arrojaré mis monedas a la "Fontana di Trevi", porque no debo pensar en volver allí? ¿Huiré del "Foro di Traiano" porque muestra las ruinas de una gran civilización, y lo que nos ocurrirá a todos?
Entonces, caramba, ¿para qué fui a Italia? ¿Para pnsar en el triste final solamente?
Ergo, por inducción, ¿Para qué he nacido? Sé que el fin de mi jornada es dejar mi espacio, mi aire y mi vida para los que me siguen... algo que denominamos (sólo por etiquetarlo de algún modo) muerte. Pero NO voy a dejar de disfrutar el hermoso lugar (con sus altas y bajas, por supuesto) que estoy visitando, por pensar en el final de la jornada. ¿Me pude explicar, estimad@s amig@os?
De este modo, los últimos Unicornios nunca dejan de ser niños (en el sentido universal, no pueril, de la palabra), y no porque sean casi inmortales (ni modo, eso dice la leyenda), sino porque viven cada día (el Zen dixit) con sus maravillas y desafíos, y planean el día de mañana, sin angustiarse por si vendrá o no. Se preparan, pero no se deprimen por ello.
Y aclaro esto, porque por unos momentos de oscuridad, el Caballo con Cuerno que esto escribe, LO OLVIDÓ... (y se siente horrible, créanme ustedes).
Así pues, concuerdo contigo plenamente: seamos niños, pero "Un Mucho" (sic) Niños cada día... y el siguiente también.
Cuídate mucho, y que tengas un Luminoso Día, dondequiera que estés!
Con cariño, se despide,
el infantil Unicornio.
Querida Viv:
¿Cómo has estado? Nosotros por acá, sacando el trabajo acumulado para poder disfrutar los fines de semana como antes.
Como bien dices, la Felicidad (concepto bastante elusivo en ocasiones, como verás) es algo que depende de uno, de la actitud, quizás hasta de la genética (existen evidencias no concluyentes de que ciertos padecimientos como ansiedad, depresión y esquizofrenias pueden tener un componente hereditario), pero definitivamente de la manera de ver la Vida, su objetivo y su filosofía.
Y algo que no deberíamos olvidar es aquélla capacidad de Asombro que teníamos de niños, y que conservan los grandes científicos, pensadores, literatos y artistas. Esa cualidad de no dejar de maravillarnos de lo que nos rodea, de no permitir que nos hastiemos de una Vida que, a cada momento y durante toda nuestra existencia (y más allá) nos recuerda que es un privilegio, y que nunca nos aburrirá, si sabemos dónde (y a veces, con quién, jejeje) buscar.
Un abrazote afectuoso de parte del
recalcitrante Caballito con Cuerno.
Mi queridisimo Unicornio... cuanta razón tienes... eso de postergar la felicidad hasta obtener algo es una perdida terrible del tiempo y de la vida... creoque cada instante es vital e importante... si la felicidad se vuelve un plan afuturo ya estuvo que muy probablemente jamas la veremos... nada como tomar en cuenta nuestro presente, todas nuestras circunstancias... no tanto por hedonismo... sino por existencia... a cada segundo le corresponde un valor, un sentir...
ES AHORA QUE SERE FELIZ...
Un abrazo con todo mi cariño EN VOZ MUY MUY ALTA....
Si es tan secillo ser feliz, como vivir el presente o lograr las metas que te propones, porque la mayoria de la gente no se considera feliz?
Cuando tu le preguntas a una persona que si es feliz, se queda pensando, con la idea de que es màs un concepto que un estado de ànimo, sòlo aquellos que estan felices o que lo son lo identifican de inmediato.
Hay algo màs allà de la no felicidad.
La respuesta inicial esta en la idea planteada con los niños.
Que sorpresa!!
Buen dia.
Hola Mariluz!
Cómo va todo por allá? Estás bien? Espero que la "Operación Cartago" (jejeje, perdón por el nombrecito, pero no se me ocurrió otra forma de llamar al asunto que nos relatabas en tu trabajo) vaya por buen camino y puedas sobreponerte a las influencias laborales nefastas.
Y sí, uno puede ser feliz entre los escombros que nos rodean muchas veces. Uno ELIGE ser o no ser feliz. Aunque sólo sea por un instante. Aunque a veces se necesite ayuda para saberlo.
Te mando un abrazo enorme (pero en un susurro de voz, tú sabes: los Unicornios son muuuuyy discretos, más cuando quedan poquitos) y mis mejores deseos para que hoy y siempre, tengas un Luminoso Día, dondequiera que te encuentres!!
Cariñosamente,
el poquitero Cabalo con Cuerno.
Hola, Tetragrammon, digo, CuatroLetras (lo que no es lo mismo, pero es igual)!!
Supongo que, como lo he visto a lo largo de las centurias, la gente no dice que es feliz, por los Motivos del Oidor.
Además, como lo explicaba en el texto, muchas veces como que no sentimos que seamos "felices", porque... como que no hemos hecho algo para "merecer la felicidad". Si fuéramos "Boys Scouts" haciendo una obra buena al día, quizás no habría problema, pero... ¿así nada más, sin hacer nada por merecer "La Felicidad"? ¿Cómo?
E, insisto, NO DEBERÍA SER ASÍ. Uno es feliz, bueno, porque se SIENTE Feliz. No porque deba merecerlo. La Felicidad no se "gana". SE SIENTE. Y ya.
Vean a nuestros hermanos los animales. Comen y se sienten felices (hasta cantan algunos). Sacian su sed y NO se lamentan del árido viaje que tuvieron que hacer para llegar al agua. Simplemente la beben y la disfrutan EN ESE MOMENTO.
¿Será en verdad tan difícil aprender a ser felices EN EL MOMENTO?
Te manda un afectuoso saludo desde las áridas (pero felices!) Tierras Altas Unicornianas, deseándote (but of course!!!) un "¡Feliz Día!",
el momentáneo Unicornio.
UNICORNIO:
No tomare en cuenta tu exabrupto televisivo, sólo por que cuando te leí me emocionaste de verdad.
Tienes razón en cuanto a la obra que realizamos de la cual sólo se puede sentir amor. De hecho no es la primera vez que se dice algo de lo que escribo, lamentablemente son el mismo caso, el maltrato a los niños no es algo que guste.
Creo que las criticas pueden ser en todos sentidos y hasta ahora acepte cada una de las opiniones, por la libertad que con lleva las diferentes formas de pensar.
Este cuento en especial me movió, además de darme cuenta que voy por buen camino hacia donde quiero encausar mi escritura.
Tal vez no debí de haber usado tales palabras, pero estaba molesta y bueno me hago responsable de lo que escribo y de lo que digo.
Me han dicho cosas peores, pero este cuento, éste en especial, no quería que fuera sometido a la crítica soez. No diré más, creo que lo más importante de todo fue que entabláramos comunicación por este motivo.
El poema de José Marti me emociono, gracias.
Por último te diré que mis inicios en la escritura fueron de niña, hacia cuentos de dioses mitológicos que luchaban por el amor de las princesas en los bosques o en el cielo y cuando luchaban llovía y los truenos eran el resultado. Los unicornios acompañaban en esa lucha a los príncipes, le pedía a mi padre que me comprara posters de Unicornios, seguramente los has visto hay en puestos ambulantes y en mercados, los pegaba en mi cuarto, tenia de todos colores, y con ellos seguía creando historias.
Me hiciste recordar mi habitación tapizada de unicornios, un recuerdo muy lejano pero muy agradable.
Gracias lector unicornio, eres bienvenido.
Buena noche.
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